miércoles, 20 de abril de 2016

ORIGEN DE LA MALDICION DE OGGUN



ORIGEN DE LA MALDICION DE OGGUN

Dice la historia que Obatalá vivía con Yemaya, que era su mujer, junto con ellos vivían Elegguá, Oggún Oshosi y Ozun, también tenía a Dada, pero ésta no vivía con ellos.

Obatalá salía todos los días a trabajar quedando los demás en la casa. Cuando llegaba, Ozun era el que tenía que decirle lo que había pasado en la casa. Oggún era el que más trabajaba en la casa y por eso era muy mimado y todos tenían que obedecerle.

Oggún viendo que Elegguá le estorbaba para sus planes, comenzó a darle menos comida, ya que él era el cocinero de la casa. Oggún se enamoró de su mamá Yemaya y quiso muchas veces obligarla a hacer algo indigno con él, pero Elegguá estaba siempre vigilando y se lo decía a Ozun, éste llamaba la atención a Oggún. Oggún se dio cuenta que Elegguá se lo había dicho a Ozun; buscando tragedia con Elegua, lo botó de la casa.

Elegua se quedó en la esquina, dando vueltas sin entrar en la casa. Mientras Oggun cogía cuatro sacos de maíz y se los daba a Ozun para entretenerlo pues mientras comía no podía delatarlo, pero Elegua no perdía de vista a Oggun.

Todos los días Oggun a una misma hora cerraba la puerta y como Ozun estaba comiendo, no veía nada. Un día Elegua esperó a Obatalá. Este al verlo le preguntó: ¿Qué pasa hijo? Contestándole Elegua: hace muchos días que yo no como; Por qué. Le dijo Obatalá. Elegua le contestó. Porque Oggun no quiere que vea lo malo que esta haciendo en la casa. Obatalá le preguntó. ¿Cómo Ozun no me ha dicho nada? Elegua le dijo: Porque Oggun le da mucha comida y se queda dormido. Entonces Obatalá le dijo: Imposible. Ozun no puede acostarse y mucho menos quedarse dormido. Elegua le dijo: bueno papá Usted No diga nada de esta conversación y mañana levantándose como de costumbre sale para su trabajo y a la hora regresa a casa para que Usted Con Sus
Propios ojos lo vea, Aquello dejó muy triste a Obatalá, quien aquella noche no pudo dormir con tranquilidad, soñando y delirando toda aquella noche. Al otro día Obatalá salió para su trabajo como de costumbre, pero se escondió detrás de los matorrales y entonces vio a Ozun acostarse y quedarse dormido y a Oggun cuando cerró la puerta. Obatalá lloró con sentimiento y cogió un bastón de mangle para apoyarse porque le faltaban fuerzas y poco a poco se acerco a la puerta y tocó con el bastón. Yemaya ovó y dijo: tus ves Oggun, qué necesidad tenía yo de buscarme este lío. Diciendo Oggun: Que se le va a hacer, yo abriré la puerta. Oggun viendo que Yemaya no era culpable dijo: Eso no mamá, yo soy un hombre. Cuando abre se encuentra a Obatalá el cual tenía la mano levantada para maldecirle y él se anticipa y le dice: Papá, no hable, no me eche maldición, yo mismo me voy a echar maldición, y la maldición ser: que mientras yo viva en el mundo y sea mundo, todo el trabajo que haya en este mundo, yo Aguanillé, Oggun ñaceñile, Oggun Cobú Cobú, Oggun tocumbí, yo papá de día y de noche, trabajaré.

Obatalá dijo: ACRE (así sea). Entonces Obatalá entró para amonestar a Yemaya, mas Oggun se le anticipó y le dijo: No papá, mamá es inocente no la culpe. Entonces Obatalá le dijo: Oggun vete, no puedes vivir dentro de la casa. Llamó a Ozun y le dijo: Yo he confiado en ti y tú por la comida te has vendido, de ahora en lo adelante, Elegua estar de guardiero y si Elegua no come, nadie come en su casa. Elegua no pasar más hambre y en esa puerta, para entrar o salir habrá que contar con él, lo bueno y lo malo, tú serás el que lo dejaras entrar o salir. A ti Yemaya, no voy a maldecirte, pero si te digo que cualquier hijo varón que tengamos. Yo Obatalá, lo mataré. Yemaya lloró sin decir ni una sola palabra.

Oggun se fue y entonces se hizo ALAGUEDE, empezó a trabajar en una herrería (eso es
lo que se llama Alaggueddé: herrero). Nace Orúnmila y Obatalá lo coge y sin decir nada se lo lleva lejos de allí pero Elegua lo sigue. Obatalá llega a un lugar donde; había una mata de Ceiba abre un hoyo y entierra a Orúnmila hasta la cintura, con los brazos por debajo de la Tierra. Elegua ve todo esto y se lo cuenta a Yemaya. Esta llorando lo mandaba todos los días con comida para Orúnmila. Pero desde el momento que Obatalá enterró a Orúnmila, todo se le olvida. Al poco tiempo nace Shangó.
Era un niño muy bonito y hermoso. Obatalá lo coge en sus manos y se compadece de él y no quiere hacerle daño, porque él se había quedado con Shangó. Pasando cuatro años un día Dada quiso que Shangó viera a su papá y a su mamá y lo vistió con un traje muy lindo y se lo llevó a Obatalá.
Cuando este lo vio con un traje muy lindo se puso muy contento, pero Yemaya estaba muy triste porque se acordaba de Orúnmila. Shangó estaba vestido de colorado. Obatalá se lo sentó en las piernas y Shangó le preguntó por que su mama lloraba. Yo te lo diré con calma hijo mío, diciéndole a Dada: Yo quiero que todos los días me lo traigas, y Dada así lo hizo. De ahí nace el canto de Shangó que dice: ACHEI GUOGUO SHANGO MOQUE GUAGUO ORUFINA BEGUAGUO (significa: siendo chiquito Shangó, Obatalá le contaba su vida).

Pues bien, Dada traía todos los días a Shangó donde estaba Obatalá y éste sentándole en sus piernas le contaba día por día lo que Oggun le había hecho. Así fue creciendo Shangó con odio y rencor hacía Oggun. Va hecho un hombre Shangó tenía muy mal genio y siempre estaba peleando, pero no tenía armas y se fue a casa de su padrino Ozain y este le dio un güirito y le dijo: Cuélgalo en un rincón de la casa y todos los días por la mañana, antes de salir, te haces una cruz en la lengua. Shangó hizo lo que le mandaron (y es por eso que cuando usted saluda a Shangó y él le contesta, por su boca le salen llamas de candela). Es por lo que todos decimos cuando truena (ELOECO OSI OSAIN) porque la llama es el relámpago y el trueno es la voz de Shangó, que cuando grita todo tiembla, eso es OGUOTITO Ni SORO ILLAO así como grita es de grande.

Pasado un gran tiempo, la situación se puso muy mala y como Obatalá estaba muy desmemoriado, no acertaba con nada aliviar la situación de todos, pero Yemaya no le decía nada. Shangó viendo el apuro de Obatalá y queriendo salvar a Orúnmila (su hermano) de aquella prisión involuntaria estando Obatalá, Yemaya y Shangó en la casa Obatalá hablaba y comentaba la situación. Elegua y Shangó se querían mucho y se comprendían de lo mejor. Elegua le hizo una cena a Shangó, para que tratara el asunto con Obatalá (porque ya ellos habían hablado de eso). Ya Orúnmila lo sabía también.

Entonces Shangó aprovechó la ocasión y le dijo: Papá yo siempre te he hecho caso y te he dado buena pauta, cada vez que te he dicho algo tú has salido adelante. Obatalá le dijo: Hijo eso es verdad. Shangó le dijo: Antes de nacer yo, tú habías jurado no tener hijos varones y nació Orúnmila y tú lo enterraste. Obatalá le dijo: Qué tiene que ver eso y Shangó le dijo: Espera. Después nací yo y aquí me tienes ante tu presencia y tú sabes que OLOFIN te oye todo como todos los varones tuyos son iguales ante él no tiene nada de particular que  Orúnmila sea hijo de nuestra madre también porque Obatalá le había dicho, que su mamá es ODEMASA que quiere decir: La madre de la candela, así que Shangó nunca mencionaba a Yemaya. Obatalá le respondió, que Orúnmila ya estaba en manos de Olofin. Pero Elegua le respondió, Papá puede ser que no. Entonces Obatalá salió para donde había enterrado a Orúnmila, pero como no se acordaba del camino. Elegua le fue saliendo por el camino vestido de varias maneras y se lo fue indicando hasta llegar al lugar, encontrándose a Orúnmila, sacándolo del lugar, pero como Orúnmila no sabía trabajar Shangó se subió al árbol y arrancando una tabla le hizo un tablero y le dijo: Con esto tú trabajar y ser adivino. Haciendo Orúnmila su primer registro, que fue a su propio padre, rindiéndole MOFORIBALE y resolviendo la situación, con lo que le había mandado a hacer.

Cuando Obatalá hizo lo que Orúnmila le había indicado, su memoria estaba por completo restablecida, entonces quiso que Shangó reconociera a su madre y de ahí para que la tuviera presente, le vistió de Blanco y Punzó, (hasta hoy en día, se viste Shangó) para que de esta manera se acuerde del pacto de él con su mamá, esto es: su Collar Blanco y Punzó. Yemaya se vestía de blanco. En un Yemayá con el camino de Obatalá todas sus vestimentas son de color blanco.

El tiempo pasaba, pero Shangó no se olvidaba de lo de Oggun. Un día se vistió de guerrero y montado en un caballo se fue a las posesiones de Oggun; éste estaba trabajando y era marido de Oyá; ésta al verlo se quedó enamorada de él. Shangó correspondió a las palabras amorosas de Oyá y se la llevó (el interés de Shangó era vengarse de la felonía de Oggun) y como Oggun bebía mucho y era muy revolucionario.
No le fue difícil a Shangó hacer que Oyá se fuera con él. Shangó se la llevó a casa de
Dadá (ésta tenía a Shangó como si fuera su hijo y Shangó a ella como si fuera su
Madre), después de Obatalá, ella era la única que él obedecía.
Al saber Oggun que Shangó se había llevado a Oyá, le hizo la guerra, perdiendo la
Guerra Shangó. De este resultado Oyá no quedó conforme.
Así pasaron los días. Nunca Dada había andado en las cosas de Shangó, pero un día
Oyá que había visto que Shangó, que había visto que todos los días antes de irse por las
Mañanas al levantarse iba donde estaba el güirito introduciendo un dedo dentro y se
Hacía una cruz en la lengua y al salir para llamar a Dada le salía candela por la boca; ella
Hizo lo mismo que Shangó, pero cuando salió para llamar a Dada le salió candela por la
Boca asustándose ella y salió corriendo y se internó en una palma. Dadá llamó a Oyá y
No la encontró. Al ver el güirito de Shangó, notó que éste estaba diferente y entonces
Movida por la curiosidad se acerca al güirito metiendo un dedo, hace lo mismo que Oyá y
Cuando fue a llamarla, también le salió la candela por la boca, entonces corre y se
Entierra junto a Oyá.
Cuando Shangó regresa a su casa y llama a Oyá y Dada y estas no aparecen se dirige al
Güirito y ve que no estaba como él lo había dejado; entonces va a la palma donde él se
Metía y allí encuentra a las dos, regañándolas. Oyá no le hace caso y le dice: Tú lo que
Tienes que hacer es declararle la guerra a Oggun, pero hacerle una guerra diferente a la
Anterior.
Oggun se había preparado mejor para esta guerra y ya Shangó la tenía perdida, cuando
Oyá salió también a formar parte en ella. Entonces Shangó por una parte con los
Truenos, los rayos y los relámpagos y Oyá con la centella, le ganaron la guerra a Oggun,
Obligándole a irse para dentro del monte, donde Shangó lo vio un día vestido de colorado
Y se asustó. Le quitó la ropa y se la puso él y vistió a Oggun de Mariwo (güano). Por
Razón, hasta hoy en día, se puede decir: que donde quiera que haya un caballo de Oggun
y uno de Shangó, es seguro que en ese Cabildo habrá una tragedia entre los dos Santos.



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