ORIGEN DE LA MALDICION DE OGGUN
Dice la
historia que Obatalá vivía con Yemaya, que era su mujer, junto con ellos vivían
Elegguá, Oggún Oshosi y Ozun, también tenía a Dada, pero ésta no vivía con
ellos.
Obatalá salía
todos los días a trabajar quedando los demás en la casa. Cuando llegaba, Ozun
era el que tenía que decirle lo que había pasado en la casa. Oggún era el que
más trabajaba en la casa y por eso era muy mimado y todos tenían que
obedecerle.
Oggún viendo
que Elegguá le estorbaba para sus planes, comenzó a darle menos comida, ya que
él era el cocinero de la casa. Oggún se enamoró de su mamá Yemaya y quiso
muchas veces obligarla a hacer algo indigno con él, pero Elegguá estaba siempre
vigilando y se lo decía a Ozun, éste llamaba la atención a Oggún. Oggún se dio
cuenta que Elegguá se lo había dicho a Ozun; buscando tragedia con Elegua, lo
botó de la casa.
Elegua se
quedó en la esquina, dando vueltas sin entrar en la casa. Mientras Oggun cogía
cuatro sacos de maíz y se los daba a Ozun para entretenerlo pues mientras comía
no podía delatarlo, pero Elegua no perdía de vista a Oggun.
Todos los
días Oggun a una misma hora cerraba la puerta y como Ozun estaba comiendo, no
veía nada. Un día Elegua esperó a Obatalá. Este al verlo le preguntó: ¿Qué pasa
hijo? Contestándole Elegua: hace muchos días que yo no como; Por qué. Le dijo
Obatalá. Elegua le contestó. Porque Oggun no quiere que vea lo malo que esta haciendo
en la casa. Obatalá le preguntó. ¿Cómo Ozun no me ha dicho nada? Elegua le dijo:
Porque Oggun le da mucha comida y se queda dormido. Entonces Obatalá le dijo: Imposible.
Ozun no puede acostarse y mucho menos quedarse dormido. Elegua le dijo: bueno
papá Usted No diga nada de esta conversación y mañana levantándose como de costumbre
sale para su trabajo y a la hora regresa a casa para que Usted Con Sus
Propios ojos
lo vea, Aquello dejó muy triste a Obatalá, quien aquella noche no pudo dormir
con tranquilidad, soñando y delirando toda aquella noche. Al otro día Obatalá
salió para su trabajo como de costumbre, pero se escondió detrás de los
matorrales y entonces vio a Ozun acostarse y quedarse dormido y a Oggun cuando
cerró la puerta. Obatalá lloró con sentimiento y cogió un bastón de mangle para
apoyarse porque le faltaban fuerzas y poco a poco se acerco a la puerta y tocó
con el bastón. Yemaya ovó y dijo: tus ves Oggun, qué necesidad tenía yo de
buscarme este lío. Diciendo Oggun: Que se le va a hacer, yo abriré la puerta.
Oggun viendo que Yemaya no era culpable dijo: Eso no mamá, yo soy un hombre.
Cuando abre se encuentra a Obatalá el cual tenía la mano levantada para
maldecirle y él se anticipa y le dice: Papá, no hable, no me eche maldición, yo
mismo me voy a echar maldición, y la maldición ser: que mientras yo viva en el
mundo y sea mundo, todo el trabajo que haya en este mundo, yo Aguanillé, Oggun ñaceñile,
Oggun Cobú Cobú, Oggun tocumbí, yo papá de día y de noche, trabajaré.
Obatalá dijo:
ACRE (así sea). Entonces Obatalá entró para amonestar a Yemaya, mas Oggun se le
anticipó y le dijo: No papá, mamá es inocente no la culpe. Entonces Obatalá le
dijo: Oggun vete, no puedes vivir dentro de la casa. Llamó a Ozun y le dijo: Yo
he confiado en ti y tú por la comida te has vendido, de ahora en lo adelante,
Elegua estar de guardiero y si Elegua no come, nadie come en su casa. Elegua no
pasar más hambre y en esa puerta, para entrar o salir habrá que contar con él,
lo bueno y lo malo, tú serás el que lo dejaras entrar o salir. A ti Yemaya, no
voy a maldecirte, pero si te digo que cualquier hijo varón que tengamos. Yo
Obatalá, lo mataré. Yemaya lloró sin decir ni una sola palabra.
Oggun se fue
y entonces se hizo ALAGUEDE, empezó a trabajar en una herrería (eso es
lo que se
llama Alaggueddé: herrero). Nace Orúnmila y Obatalá lo coge y sin decir
nada se lo lleva lejos de allí pero Elegua lo sigue. Obatalá llega a un lugar
donde; había una mata de Ceiba abre un hoyo y entierra a Orúnmila hasta
la cintura, con los brazos por debajo de la Tierra. Elegua ve todo esto
y se lo cuenta a Yemaya. Esta llorando lo mandaba todos los días con
comida para Orúnmila. Pero desde el momento que Obatalá enterró a Orúnmila,
todo se le olvida. Al poco tiempo nace Shangó.
Era un niño
muy bonito y hermoso. Obatalá lo coge en sus manos y se compadece de él y no
quiere hacerle daño, porque él se había quedado con Shangó. Pasando cuatro años
un día Dada quiso que Shangó viera a su papá y a su mamá y lo vistió con un
traje muy lindo y se lo llevó a Obatalá.
Cuando este
lo vio con un traje muy lindo se puso muy contento, pero Yemaya estaba muy triste
porque se acordaba de Orúnmila. Shangó estaba vestido de colorado. Obatalá se
lo sentó en las piernas y Shangó le preguntó por que su mama lloraba. Yo te lo
diré con calma hijo mío, diciéndole a Dada: Yo quiero que todos los días me lo
traigas, y Dada así lo hizo. De ahí nace el canto de Shangó que dice: ACHEI
GUOGUO SHANGO MOQUE GUAGUO ORUFINA BEGUAGUO (significa: siendo chiquito Shangó,
Obatalá le contaba su vida).
Pues bien,
Dada traía todos los días a Shangó donde estaba Obatalá y éste sentándole en
sus piernas le contaba día por día lo que Oggun le había hecho. Así fue
creciendo Shangó con odio y rencor hacía Oggun. Va hecho un hombre Shangó tenía
muy mal genio y siempre estaba peleando, pero no tenía armas y se fue a casa de
su padrino Ozain y este le dio un güirito y le dijo: Cuélgalo en un rincón de
la casa y todos los días por la mañana, antes de salir, te haces una
cruz en la lengua. Shangó hizo lo que le mandaron (y es por eso que cuando
usted saluda a Shangó y él le contesta, por su boca le salen llamas de
candela). Es por lo que todos decimos cuando truena (ELOECO OSI OSAIN) porque
la llama es el relámpago y el trueno es la voz de Shangó, que cuando grita todo
tiembla, eso es OGUOTITO Ni SORO ILLAO así como grita es de grande.
Pasado un gran
tiempo, la situación se puso muy mala y como Obatalá estaba muy desmemoriado,
no acertaba con nada aliviar la situación de todos, pero Yemaya no le decía
nada. Shangó viendo el apuro de Obatalá y queriendo salvar a Orúnmila (su hermano)
de aquella prisión involuntaria estando Obatalá, Yemaya y Shangó en la casa Obatalá
hablaba y comentaba la situación. Elegua y Shangó se querían mucho y se comprendían
de lo mejor. Elegua le hizo una cena a Shangó, para que tratara el asunto con
Obatalá (porque ya ellos habían hablado de eso). Ya Orúnmila lo sabía también.
Entonces
Shangó aprovechó la ocasión y le dijo: Papá yo siempre te he hecho caso y te he
dado buena pauta, cada vez que te he dicho algo tú has salido adelante. Obatalá
le dijo: Hijo eso es verdad. Shangó le dijo: Antes de nacer yo, tú habías
jurado no tener hijos varones y nació Orúnmila y tú lo enterraste. Obatalá le
dijo: Qué tiene que ver eso y Shangó le dijo: Espera. Después nací yo y aquí me
tienes ante tu presencia y tú sabes que OLOFIN te oye todo como todos los
varones tuyos son iguales ante él no tiene nada de particular que Orúnmila sea hijo de nuestra madre también
porque Obatalá le había dicho, que su mamá es ODEMASA que quiere decir: La madre
de la candela, así que Shangó nunca mencionaba a Yemaya. Obatalá le respondió, que
Orúnmila ya estaba en manos de Olofin. Pero Elegua le respondió, Papá puede ser
que no. Entonces Obatalá salió para donde había enterrado a Orúnmila, pero como
no se acordaba del camino. Elegua le fue saliendo por el camino vestido de
varias maneras y se lo fue indicando hasta llegar al lugar, encontrándose a
Orúnmila, sacándolo del lugar, pero como Orúnmila no sabía trabajar Shangó se
subió al árbol y arrancando una tabla le hizo un tablero y le dijo: Con esto tú
trabajar y ser adivino. Haciendo Orúnmila su primer registro, que fue a su
propio padre, rindiéndole MOFORIBALE y resolviendo la situación, con lo que le
había mandado a hacer.
Cuando
Obatalá hizo lo que Orúnmila le había indicado, su memoria estaba por completo restablecida,
entonces quiso que Shangó reconociera a su madre y de ahí para que la tuviera
presente, le vistió de Blanco y Punzó, (hasta hoy en día, se viste Shangó) para
que de esta manera se acuerde del pacto de él con su mamá, esto es: su Collar
Blanco y Punzó. Yemaya se vestía de blanco. En un Yemayá con el camino de
Obatalá todas sus vestimentas son de color blanco.
El tiempo
pasaba, pero Shangó no se olvidaba de lo de Oggun. Un día se vistió de guerrero
y montado en un caballo se fue a las posesiones de Oggun; éste estaba trabajando
y era marido de Oyá; ésta al verlo se quedó enamorada de él. Shangó correspondió
a las palabras amorosas de Oyá y se la llevó (el interés de Shangó era vengarse
de la felonía de Oggun) y como Oggun bebía mucho y era muy revolucionario.
No le fue
difícil a Shangó hacer que Oyá se fuera con él. Shangó se la llevó a casa de
Dadá (ésta
tenía a Shangó como si fuera su hijo y Shangó a ella como si fuera su
Madre),
después de Obatalá, ella era la única que él obedecía.
Al saber Oggun
que Shangó se había llevado a Oyá, le hizo la guerra, perdiendo la
Guerra
Shangó. De este resultado Oyá no quedó conforme.
Así pasaron
los días. Nunca Dada había andado en las cosas de Shangó, pero un día
Oyá que había
visto que Shangó, que había visto que todos los días antes de irse por las
Mañanas al
levantarse iba donde estaba el güirito introduciendo un dedo dentro y se
Hacía una
cruz en la lengua y al salir para llamar a Dada le salía candela por la boca;
ella
Hizo lo mismo
que Shangó, pero cuando salió para llamar a Dada le salió candela por la
Boca
asustándose ella y salió corriendo y se internó en una palma. Dadá llamó a Oyá
y
No la
encontró. Al ver el güirito de Shangó, notó que éste estaba diferente y
entonces
Movida por la
curiosidad se acerca al güirito metiendo un dedo, hace lo mismo que Oyá y
Cuando fue a
llamarla, también le salió la candela por la boca, entonces corre y se
Entierra
junto a Oyá.
Cuando Shangó
regresa a su casa y llama a Oyá y Dada y estas no aparecen se dirige al
Güirito y ve
que no estaba como él lo había dejado; entonces va a la palma donde él se
Metía y allí
encuentra a las dos, regañándolas. Oyá no le hace caso y le dice: Tú lo que
Tienes que
hacer es declararle la guerra a Oggun, pero hacerle una guerra diferente a la
Anterior.
Oggun se
había preparado mejor para esta guerra y ya Shangó la tenía perdida, cuando
Oyá salió
también a formar parte en ella. Entonces Shangó por una parte con los
Truenos, los
rayos y los relámpagos y Oyá con la centella, le ganaron la guerra a Oggun,
Obligándole a
irse para dentro del monte, donde Shangó lo vio un día vestido de colorado
Y se asustó.
Le quitó la ropa y se la puso él y vistió a Oggun de Mariwo (güano). Por
Razón, hasta
hoy en día, se puede decir: que donde quiera que haya un caballo de Oggun
y uno de
Shangó, es seguro que en ese Cabildo habrá una tragedia entre los dos Santos.
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