HISTORIA DE OBBI
OBBI ERA UN
SANTO MUY PRESUMIDO Y VANIDOSO.
Un día OLOFIN
dio una fiesta a la que concurrieron todos los Santos. Después que todos
llegaron, al poco rato hizo su entrada OBBI. Cuando quiso entrar la gente que acostumbraba
a congregarse a las puertas del Palacio, fueron a saludarle y a pedirle dinero
(como hacían con los demás Santos), pero OBBI los rechazaba y no quería que lo tocaran.
Una vez
dentro de la reunión, citando todos se sentaron al suelo, él no lo hizo (porque
se ensuciaba) y fue tanta la vanidad y el orgullo que tenía, que todos se
quejaron, llegando estas quejas a los oídos de OLOFIN y él dijo: que iba a ver
si era verdad lo que le contaban. Entonces OLOFIN dio otra fiesta y se disfrazó
dé manera que OBBI no lo reconociera y cuando vio entrar a OBBI, le salió al
paso para darle la mano y este se la rechazó.
Entonces
OLOFIN se quitó el disfraz y OBBI al ver a quién había rechazado se quedó sorprendido
y enmudeció. Entonces OLOFIN le dijo: te voy a devolver el habla,
pero únicamente podrás hablar en el suelo por ser tan vanidoso y
orgulloso. Por eso es que el coco se tira en el suelo y habla por las dos
caras.
OTRA HISTORIA DE OBBI
OLOFIN LE
TENIA MUCHA LASTIMA A OBBI
Obbi era
justo y puro de corazón, modesto y sencillo como los justos, Olofin le hizo el Corazón
blanco, así como las entrañas y la piel, y lo elevó a gran altura, pero Obbi se
Envaneció en las alturas.
A su servicio
estaba Elegguá, criado de Olofin también, éste conocía a los
innumerables Amigos de Obbi entre estos, a los grandes de la
tierra: los Akukó colorozú, tobi onisosé, Obbini ayiveba loguó, también
se contaba a los pobres los Aimiochí, Aburegué, A mio, Alakisa, Alogbó, gente
fea miserable, sucia, llagada, pordiosera. Los feos,
los deformes y los hermosos, los limpios, los sucios, todos querían a Obbi.
Elegua había
observado el cambio de Obbi, le había advertido detalles de arrogancia y De
orgullo que manchaban invisiblemente su inmaculada blancura y en vez de invitar
a Los ricos exclusivamente (como era intención de Obbi), sólo invitó a los
limosneros, Harapientos y mal olientes, hombres y mujeres defectuosos, de
fealdad repugnante.
Cuando Obbi
contempló a aquella turba el día de su fiesta, les preguntó fuera de sí: Quién
los había invitado, respondiéndole, ellos que Elegguá en nombre de suyo.
Obbi los
despidió no sin haberlos reprendido duramente por haberse presentado ante él En
ese estado de suciedad y abandono. Así los miserables de la Tierra se marcharon
Abochornados de la casa de Obbi y Elegguá con ellos. Algún tiempo después de
haber Pasado esto OLOFIN envió a Eleguá a la Tierra con un recado para OBBI,
pero Elegguá se negó a llevarlo y le contó la conducta inclemente del puro, del
justo, del Intachable Obbi.
OLOFIN se
disfrazó de mendigo y fue a buscarlo. Obbi al ver aquel Okure sarnoso que Amenazaba
contaminarlo con sus guiñapos hediondos, le pidió que se alejara y le Increpé
por no haberse bañado y vestido con un Ashé limpio antes de presentarse; le Volvió
la espalda. Entonces OLOFIN, sin fingir la voz, pronunció su nombre con Indignación
y OBBI se volvió extrañado, reconoció a OLOFIN y se arrojó a sus piernas y Dijo:
perdón. OLOFIN le dijo: OBBI, tú eres justo, por eso te hice blanco de corazón,
te di Un cuerpo que era digno de tu corazón. Pero ahora para castigar tu
orgullo, aunque Conservarás blancas las entrañas, bajarás de las alturas para
rodar y ensuciarte en la Tierra. El castigo consistió en caer de las
ramas y rodar por el suelo.
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